
Tupperware Brands solicita protección por bancarrota
Tupperware Brands ha solicitado bancarrota, busca venta y enfrenta problemas financieros y declive en ventas desde 2018, pese al auge inicial por COVID-19.

Tupperware Brands, la icónica empresa pionera en el almacenamiento de alimentos, se enfrenta a un giro significativo en su historia. Ha solicitado la protección por bancarrota, una decisión anunciada justo antes de la medianoche del pasado martes. La compañía, con sede en Orlando, Florida, tiene planes de continuar sus operaciones y busca la aprobación del tribunal para llevar a cabo una venta estratégica.
Desafíos en el Horizonte
La solicitud de protección por bancarrota resalta los crecientes desafíos a los que se enfrenta Tupperware en su intento por revitalizar su negocio. A pesar de un repunte en las ventas durante el inicio de la pandemia del COVID-19, la tendencia descendente en las ventas generales de la marca ha sido implacable desde 2018, impulsada por la creciente competencia en el sector.
Estos problemas financieros han crecido en magnitud, llevando a la empresa a este punto crítico. La situación financiera de Tupperware se ha vuelto más apremiante a medida que el tiempo avanza, lo que ha llevado a la empresa a buscar la protección que la ley puede ofrecer en este delicado momento.
El Futuro en Jaque
Las dudas sobre el futuro de Tupperware han estado presentes durante un tiempo considerable. En el último año, la empresa ha intentado asegurar financiamiento adicional, al mismo tiempo que lanzaba advertencias a sus inversores sobre la capacidad de la compañía para continuar operando. Asimismo, ha señalado los riesgos de ser excluida de la bolsa de Nueva York, añadiendo una capa adicional de incertidumbre a su situación.
El valor de sus acciones ha experimentado una caída dramática, perdiendo un asombroso 75% de su valor en el transcurso del año. Al cierre del mercado del pasado martes, las acciones de Tupperware se situaban en torno a los 50 céntimos de dólar, reflejando la gravedad de la situación y la falta de confianza de los inversores en el futuro de la empresa.
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