
Nueva atracción cultural en Bacalar, zona arqueológica maya
Bacalar inaugurará la zona arqueológica de Ichkabal, antigua ciudad maya, en septiembre, atrayendo turistas por su importancia histórica y conexión con el Tren Maya.

En el horizonte cultural de Quintana Roo, la apertura de la zona arqueológica de Ichkabal se perfila como un acontecimiento de trascendental relevancia. Este yacimiento, considerado uno de los más antiguos de la civilización maya, se apresta a abrir sus puertas al público en septiembre de este año, brindando así la oportunidad de acercarse a las raíces de una de las culturas más fascinantes de la humanidad.
Un legado arqueológico de proporciones mayúsculas
El descubrimiento de la zona arqueológica de Ichkabal en 1994, a cargo del arqueólogo español Enrique Nalda, supuso un hito en el panorama arqueológico de la región. Ubicada a escasa distancia de Bacalar, esta ciudad maya, apodada el "Egipto mesoamericano", se erige como testigo mudo de la grandeza de una cultura que dejó su impronta en el tiempo.
Desde principios de año, un equipo de alrededor de 70 expertos en arqueología ha estado abocado a labores de investigación y conservación, con el único objetivo de preparar este legado para su acceso público. La cronología de Ichkabal, que abarca desde el periodo Preclásico Medio (400 a.C.) hasta el Posclásico Tardío (1500 d.C.), revela la vastedad temporal de esta civilización.
El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, ha informado sobre los esfuerzos realizados para garantizar la adecuada apertura pública de Ichkabal, enmarcados en el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza). Este mismo funcionario ha revelado que la zona arqueológica será inaugurada el próximo 7 de septiembre, en presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Construcciones milenarias
La zona arqueológica de Ichkabal se extiende a lo largo de 30 kilómetros cuadrados, albergando imponentes pirámides que superan los 40 metros de altura. Su relevancia se ve aún más acentuada al considerar que la base del edificio principal mide 200 metros, equivalentes a cuatro veces más de lo que ocupa la célebre pirámide de Chichén Itzá.
Espectadores y visitantes tendrán la oportunidad de explorar las estructuras monumentales de Ichkabal, que incluyen varias edificaciones de gran envergadura, así como construcciones menores y una laguna en estado de conservación. Sin lugar a dudas, el acceso a este patrimonio cultural y arqueológico permitirá experimentar de forma palpable la historia y la grandeza de la civilización maya.
El legado de la dinastía Canul en Ichkabal
Durante su apogeo, Ichkabal fue el epicentro político y cultural de la dinastía Canul, que extendió su influencia hacia localidades como Kohunlich, Calakmul y Tikal, en Guatemala. Este legado cultural se suma a la categoría de otros sitios emblemáticos, como Chichén Itzá y Uxmal, consolidando la importancia histórica y arqueológica de la región.
Desde una perspectiva más amplia, Ichkabal no fue meramente una ciudad en el vasto territorio de la civilización maya. Durante los siglos III y VII de nuestra era, se erigió como un nexo que conectaba diversas regiones de la selva maya chiapaneca y campechana, así como el petén guatemalteco y el oriente de la península de Yucatán. Esta influencia cultural y económica se tradujo en un epítome de la vitalidad y la complejidad de la civilización maya en su momento de mayor esplendor.
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