Neumonía bilateral del Papa Francisco: ¿cómo se desarrolla?

La neumonía es una infección pulmonar que causa fiebre, dificultad respiratoria y tos, puede afectar a personas de todas las edades, siendo más grave en niños pequeños y mayores de 65 años.

El papa Francisco, líder de la comunidad católica, ha estado en los titulares recientemente debido a su afección de neumonía bilateral, una infección pulmonar que ha afectado su estado de salud. La neumonía es una enfermedad que puede afectar a personas de todas las edades, aunque presenta un riesgo mayor para niños menores de dos años y adultos mayores de 65 años, tal como lo subraya la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Causas y riesgos de la neumonía bilateral

La neumonía puede originarse por la infiltración de microorganismos en los pulmones provenientes de las vías respiratorias superiores. A pesar de que el sistema inmunológico suele prevenir este tipo de infecciones, ciertos factores como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, las enfermedades crónicas y la desnutrición pueden debilitar las defensas del organismo, facilitando así la aparición de la enfermedad, según especialistas de la Clínica Universidad de Navarra.

La acumulación de líquido e inflamación en los pulmones son características de esta enfermedad, la cual puede comprometer uno o ambos pulmones, denominándose en este último caso como neumonía bilateral. Es importante destacar que el papa Francisco ha sido diagnosticado con esta variedad de neumonía, lo que pone de manifiesto la gravedad de su condición de salud.

Los síntomas más comunes de la neumonía incluyen dolor en el pecho al respirar o toser, tos con o sin expectoración, fiebre, escalofríos, niveles bajos de oxígeno en sangre y falta de aire. En personas de edad avanzada o aquellas con enfermedades graves, los síntomas pueden presentarse de manera atípica, como, por ejemplo, una temperatura corporal normal o incluso por debajo de lo habitual, así como una sensación de debilidad o confusión repentina, según lo señalado por especialistas del Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre de Estados Unidos (NHLBI, por sus siglas en inglés).

Tratamiento y recuperación

El tratamiento de la neumonía puede variar en función de la gravedad de la enfermedad, el germen causante, la edad del paciente y su estado de salud previo. En la mayoría de los casos, la recuperación puede llevarse a cabo en el hogar, con el uso de antibióticos orales, reposo, ingesta adecuada de líquidos y cuidados a domicilio. Sin embargo, aquellos pacientes que presentan dificultad para respirar, que tienen problemas médicos adicionales o que son personas mayores pueden requerir un tratamiento más intensivo y, en ocasiones, la hospitalización.

Es fundamental señalar que, para la neumonía bacteriana, los antibióticos son el tratamiento de elección , mientras que en el caso de la neumonía viral, su utilidad es limitada, aunque pueden ser utilizados para prevenir infecciones bacterianas en pulmones afectados por el virus. Adicionalmente, los pacientes que experimentan dificultad para respirar a causa de la neumonía pueden requerir oxígeno adicional.

En casos más extremos, los pacientes pueden necesitar cuidados intensivos, que en ocasiones incluyen intubación y ventilación artificial, según lo indicado por especialistas del Hospital Clínic de Barcelona. Es relevante mencionar que la tasa de mortalidad varía significativamente en función del nivel de cuidados requeridos por el paciente, presentando menos del 1% en aquellos que no necesitan hospitalización, un rango del 5 al 15% en pacientes hospitalizados, y una tasa de mortalidad entre el 20% y el 50% en aquellos que requieren ingreso en la unidad de cuidados intensivos.

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